martes, 28 de diciembre de 2010

El conejo de la luna.


Hace muchísimo tiempo había un mono, una zorra y un conejo que vivían juntos como buenos amigos. Durante el día se divertían en los campos y en los prados. Por la noche regresaban al monte siemre unidos y contentos.

Así transcurrieron varios años. Pero un día el Señor del Cielo oyó hablar de ellos y queriendo comprobarlo con sus propios ojos, se disfrazó de viejo vagabundo y se acercó por aquellas tierras.

- He viajado por valles y montañas, estoy cansado y me faltan fuerzas. ¿Me podrían darme algo de comer?
dijo dejando caer su bastón y sentándose a descansar.

El monito, aprovechando su agilidad, salió enseguida a buscar frutos de los árboles y se los trajo.

La zorra aprovechando su astucia le trajo peces del río.

El conejo corrió por los campos en todas direcciones pero no consiguió encontrar nada.

Cuando los tres volvieron, el mono y la zorra se burlaron de el: "NO SIRVES PARA NADA" entre risas murmuraron.

El conejo bajo la cabeza, se quedó triste y pensativo.
Al cabo de un rato, el conejito pidió que el mono fuese a recoger leña y que la zorra encendiese un gran fuego. Lo hicieron sin tardanza.

Entonces el conejo le dijo al anciano:
- Cómeme, por favor! es lo ùnico que puedo ofrecerte!
y arrojándose al fuego se ofreció en holocausto.

Al ver esto el “viejo vagabundo” experimentó un profundo dolor, y lloró copiosamente mirando al cielo. Luego, golpeando el suelo con su bastón exclamó:
- Todos merecéis mis alabanzas, pues habéis sido buenos y valientes. No hay ni vencedores ni vencidos, pero la prueba de AMOR del conejo ha sido excepcional.

Y volviendo el conejo a su forma original, llevó su cadáver consigo al cielo y lo enterró en el Palacio de la Luna.

Desde entonces, en las noches de luna llena quienes miran atentamente pueden ver un conejito...

ºIlustracion by  @Beele_Cruu (M. Arroyo)


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