Alfio: voy a tener que rezarle a mis ancestros para tener buena suerte. Mi bisabuelo heredó de un tío lejano dos panaderías que hoy siguen siendo una verdadera mina de oro. Mi abuelo no laburó nunca por las panaderías que le había dejado el padre, tenía minuzas por todo Buenos Aires y una noche en pedo encontró en la calle un billete de lotería: ganó 2 millones de pesos.
Cucho: ¿Qué tan suertudos pudieron ser si están muertos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario