Mientras más personas se van de mi vida, más rápido elaboro los duelos y con más facilidad quiebro las relaciones cuando veo que no están funcionando. Más aún: al conocer a alguien, ya puedo saber si valdrá la pena seguir o no, digamos que mi detector de pelotudos está activadísimo. Y eso es genial, es un ahorro de tiempo muy grande. Porque en realidad la otra persona, desde un primer momento, nos va mandando señales de que no es bueno seguir adelante... y es cuestión de saber darles un sentido a esas señales.
Las cosas que nos dicen, la música que escuchan, los hábitos que tienen. En sí, todos tenemos hábitos parecidos (en superficie), pero si ahondamos más nos damos cuenta de las pequeñas diferencias que hacen a las personas seres únicos, en muchos casos detestables. Por ejemplo: la frase “escucho música”. Sí, todos escuchamos música... Pero no es lo mismo escuchar The Doors que escuchar Ricardo Arjona. O cuando dicen “voy a bailar”: una cosa es ir a bailar y divertirse, y otra muy distinta es caminar por las paredes si llega el viernes y no planeamos nada. O también hay una gran diferencia entre ir a bailar como una actividad más en nuestra vida, que ir a bailar como único motivo de nuestra existencia.
La forma de hablar también es muy importante: por ejemplo, recomiendo no cruzar más de dos palabras con aquellos que hablan como nenes de pre escolar para intentar sonar sexy. No se dan cuenta de que nadie que hable así es sexy??? Sean pasivos, activos, hetero, bisexuales, zoofilos, da igual, un hombre tiene que ser un hombre. En resumen, el síndrome de Peter Pan no le sienta bien a nadie. Tampoco aquellos que te escriben metiendo puntos suspensivos todo el tiempo, me siento como en una peli de Hitchcock y no sé en qué momento me va a confesar que se disfraza con la ropa de su madre muerta y embalsamada e intentará asesinarme en la ducha.
Las fotos también son todo un tema... Regla fundamental: Nadie luce como en las fotos, así que cuando vayan a la primera cita imaginen a ese bombón de la foto pero con acné, o puntos negros, o algunas arrugas, o algunas ojeras, y en el peor de los casos con todo eso junto. Siempre miden unos cm menos que lo que dijeron (si, en todo sentido) y siempre tienen algún kilo más de lo que dijeron. Eso sí, siempre dirán que se ven distintos por el viaje, por el frío, por el calor. Estarán más petisos porque los agarraron los jíbaros en el 60? Y más gordos por un problema de tránsito lento de último momento? Jamás lo sabremos...
Las primeras impresiones son fundamentales. No subestimen nunca el valor de una frase trillada, porque son las que más contenido encierran a la hora de la práctica. Un tipo que a primera vista es un boludo, por más que en las próximas horas nos convenza de que es un capo, tarde o temprano mostrará la hilacha. Pueden pasar unos días, unas semanas, siete meses? No lo sé, todo depende de lo deslumbrados que estemos con sus mentiras.
Estoy de acuerdo, pero es aplicable por igual a Varones y Mujeres.
ResponderEliminar